Los llamados productos ecológicos (productos cultivados en suelo natural, carne criada al aire libre y alimentada de naturaleza...) han dejado ya de ser un lujo reservado a sibaritas para convertirse en un solución real para vivir de forma saludable y sostenible.
A pesar de la dificultad para hacerse con ellos y su elevado precio, ha hecho complicada su distribución y muchos creían que sería algo pasajero, una moda más. Pero se han dado muchos factores (como las nuevas técnicas de producción, el nacimiento de asociaciones de fabricantes, una mayor concienciación social...) que han ayudado a que los productos ecológicos tengan presencia en cualquier supermercado a precios más razonables.
Entre los productos más populares se encuentran el pescado criado en granjas marinas, el pollo alimentado con pienso ecológico, los cerdos criados al aire libre en dehesas o los quesos elaborados con leche de vacas y cabras de pastoreo. Esta tendencia se ha extendido también a los productos de cuidado personal, como champús, cremas corporales y faciales, productos para niños...
Cada vez más, las grandes superficies comerciales se están llenando de estos productos ecológicos, aunque su aspecto más pequeño puede llevarnos a que nos apetezca menos, pero no nos engañemos, el aroma y el sabor de estos productos es mucho más intenso y agradable.
El objetivo, es concienciar a las personas sobre lo saludable de consumir estos productos e integrar de nuevo nuestros hábitos en ese círculo natural basado en devolver a la naturaleza aquello que nos da para volver a empezar una y otra vez.
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