España es el primer productor de agricultura ecológica en Europa, pero la escasa demanda interna obliga a los agricultores a exportar casi todos sus productos.
Por este motivo, hablamos de paradoja. Aunque nuestro país es el principal productor de frutas, hortalizas y verduras sin pesticidas ni sustancias químicas, solo el 1% de los consumidores españoles prefiere llenar su despensa con estos productos.
Según la consultora Everis, la distribución es la clave de este desfase. En España, sólo uno de cada tres consumidores conoce o ha oído hablar de agricultura más natural y es que este mercado se mueve sobre todo en tiendas especializadas. En cambio, en los países del norte de Europa las grandes superficies dedican amplios espacios en sus lineales a la oferta de este tipo de alimentación.
Everis opta también por fortalecer el tejido agrícola ecológico, con escasa demanda y orientado a la exportación, donde los agricultores son pequeños productores con una facturación media de 60.000 euros anuales. Si se lograra equilibrar las redes entre productores, el mercado de productos de alimentación ecológica tendría potencial para crecer un 12% anual hasta 2020.
Hasta el momento, el desconocimiento y el elevado precio de estos productos ecológicos están frenando este mercado en España, donde los alimentos ecológicos son un 70% más caros que los convencionales por la escasa demanda interna. Una diferencia mucho mayor que en otros países como Alemania y Reino Unido.
Tanto los consumidores españoles como los europeos coinciden en su motivación cuando optan por adquirir frutas y verduras ecológicas. Las principales razones son la salud, el sabor y la calidad, según el informe de la consultora.
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