Hoy día se puede decir que las producciones más valiosas del monte mediterráneo son las dehesas.
La dehesa es un bosque claro de encinas o alcornoques, con estrato inferior de pastizales o matorrales, donde la actividad del ser humano ha sido intensa, y generalmente están destinados al mantenimiento del ganado, a la actividad cinegética y al aprovechamiento de otros productos forestales (leñas, corcho, setas, etc.).
Se trata, por tanto, de un ecosistema de creación humana a partir del bosque de encinas primitivas, aclarando los árboles y controlando el estrato arbustivo para que se estabilice el pastizal. En este medio semi-natural los árboles se desarrollan mejor y dan más frutos.
Las dehesas son muy importantes desde el punto de vista ecológico porque representan la salvaguarda de especies animales y vegetales. En el caso de la flora, constituyen la mayor superficie donde se encuentran diseminadas la mayoría de encinas y alcornoques dado que el número de alcornocales y encinares salvajes es muy reducido.
Existen aproximadamente unos 4 millones de hectáreas de suelo de dehesa en el territorio español, principalmente en Andalucía, Extremadura, Catilla y León a los que hay que sumarles las amplias dehesas del Alentejo y del Algarve en Portugal.
Existen aproximadamente unos 4 millones de hectáreas de suelo de dehesa en el territorio español, principalmente en Andalucía, Extremadura, Catilla y León a los que hay que sumarles las amplias dehesas del Alentejo y del Algarve en Portugal.
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